El coordinador del programa económico de la candidatura de Yasna Provoste planteó en el Ciclo de Charlas Mirada Pacífico, que el programa apunta a “hacer compatible una economía que, reposando fuertemente en el sector privado, simultáneamente le haga un giro a la forma en cómo opera el estado al servicio de la sociedad”.
Reemplazar el actual pilar solidario, que entrega beneficios decrecientes en la medida en que se tienen más ahorros para la jubilación, por uno que otorgue una pensión básica universal de $225.000 para el 90% de la población. Ese es uno de los ejes centrales de la reforma previsional que plantea el programa económico de la candidata presidencial de la Democracia Cristiana (DC), Yasna Provoste.
Así lo expuso en el Ciclo de Charlas Mirada Pacífico, el coordinador económico Guillermo Larraín, quien en conversación con el economista jefe y socio de Pacífico Research, Igal Magendzo, afirmó que “nuestra reforma de pensiones será un elemento crítico para restablecer la paz social en Chile. El tema de las bajas pensiones fue un elemento muy preponderante en las manifestaciones sociales también”.
En la misma línea, otras de las medidas que planteó el economista fue reemplazar el actual pilar contributivo –que hoy consiste en que los trabajadores ahorren el 10% de sus salarios brutos para la jubilación en los fondos que manejan las AFP– por otro que pueda ser administrado por diferentes actores del sector privado, que obtengan una licencia, y así imprimir más competencia al actual sistema.
Un segundo pilar que contempla el programa económico es uno que garantice una rentabilidad y que sea administrado por el Estado. “Sería una entidad que tiene que tener características similares al Banco Central desde el punto de vista técnico e independencia política”, afirmó. También explicó que actualmente el sistema de rentas vitalicias logra asegurar rentabilidades hasta la jubilación, que son más bajas, pero estables en el tiempo.
El modelo de pensiones de la candidatura de la senadora Provoste también considera un pilar de ahorro colectivo que haga transferencias redistributivas y que sea financiada con aportes patronales, a una tasa de entre 6 y 8%. Una parte de este monto iría a un sistema de reparto, con el fin de asegurar apoyos intergeneracionales y otra podría ser destinada a medidas específicas, en caso de que las pensiones básicas universales se queden cortas. Respecto de las inversiones, la idea principal es que el fondo de ahorro colectivo sea invertido, por ejemplo, de manera directa en proyectos de infraestructura necesarios para el país, tal como lo hacen algunos fondos canadienses.
En cuanto al costo que podría tener este nuevo sistema de pensiones, Larraín afirmó que sería equivalente a 1,7 puntos del PIB, lo cual “es un esfuerzo que vale la pena hacer por la paz social. Nuestra propuesta es sostenible e incrementa las pensiones desde el primer día en una cantidad sustantiva”, dijo.
Otro tema que se discutió en la conversación, también en materia previsional, fue el cuarto retiro del 10% de los fondos de pensiones, considerando que la candidata Provoste se ha manifestado abiertamente a favor de apoyar la medida en su calidad de senadora. Al respecto, el economista aseguró que “éste será el último retiro e intentaremos reducir al máximo los efectos negativos que pueda tener la medida y que sea acotado lo más posible hacia aquellas personas que más lo necesitan. Todos los técnicos del equipo estamos tratando de ayudar a que se genere un equilibrio político que sea compatible con hacer viable lograr un retiro lo más acotado”.
Otras reformas del programa económico
Respecto de otras propuestas de cambio que se abordan en el programa económico de la candidata DC, Larraín explicó que se están analizando proyectos de concesiones en materia de agua, que contribuyan a gestionar la crisis hídrica: construcción de embalses, tranques, entre otros.
Asimismo, también tienen contemplada la creación de un Banco Nacional de Desarrollo, que apunte a canalizar los recursos que son relevantes para el desarrollo del mundo privado. “El potencial del hidrógeno en Chile es enorme y debemos subirnos bien a ese carro. Sabemos que existen riesgos y por lo mismo queremos compatibilizar este tipo de iniciativas a través de un Banco de Desarrollo”.
Sobre hacer cambios tributarios, el economista descartó por el momento una gran reforma de forma inmediata, aunque sí habló de la necesidad de armar un nuevo “gran pacto tributario” una vez que se sepan los contenidos de la nueva Constitución. “En este gran pacto tenemos que contribuir todos, pero para hacerlo creíble no estamos en condiciones de hacerlo hoy, si no en un año más”. Larraín sí apuntó a mantener los avances de la actual administración en materia de recorte de exenciones, cerrar las fuentes de elusión, fortalecer al Servicio de Impuestos Internos, identificar beneficiarios finales, entre otros. “Alrededor del 40% de los recursos provienen de esas fuentes”, dijo.
En ese sentido, agregó que “tenemos que armar un discurso para convencer a todo el mundo empresarial y financiero de que la única forma en que el país salga adelante es que todos pongamos de nuestra parte. Si empezamos planteando que todo será un desastre, porque subirán los impuestos, no va a funcionar. La paz social requiere que todos sepan que el aporte es de todos. Nuestro programa tiene que tratar de convencer al mundo empresarial de que si quieren quedarse en el país y tener acá un futuro para sus hijos, nos conviene a todos pacificar las cosas y sacar al país adelante. Y ésa es la invitación que hacemos al mundo empresarial, que se sumen. Tendrán las puertas abiertas para conversar, pero desde un conjunto de restricciones que deben ser claras”.
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